Jasinta, era una abejita que vivía muy feliz en su jardín.

Se levantaba todos los días muy temprano a recoger el polen de las flores para preparar su dulce miel y poder compartirla con toda su familia y amigos del bosque.

Jasinta salió a recoger el polen como todos los días y se encontró con que no había flores en su hermoso jardín; se asustó mucho!, pues no sabía que era lo que estaba sucediendo; al principio estaba confundida y no sabía qué hacer pero luego decidió preguntar a sus amigos un poco para ver si descubría que estaba pasando; así, se dio cuenta de que en los jardines vecinos tampoco había flores y esto les causó una mayor sorpresa.

Esa tarde, Jasinta decidió volar y volar sobre el bosque buscando alguno señal de las flores, cuando a lo lejos vio muchos colores que rodeaban la orilla de un rio y comprendió que de ahí se alimentaban las flores; rápidamente, reunió a sus amigas abejas para contarles acerca de su descubrimiento y las invito a que unidos trabajaran para construir un canal que les permitiera tomar el agua del rio para llevarlo hasta todos los jardines y así regar las flores.

Al principio, las demás abejas no estaban muy convencidas, pues nunca habían construido un canal y además no estaban seguras de que el rio les permitiera tomar un poco de su agua; con suerte, el rio escuchó la conversación de los abejas y las invita a que tomaran el agua de sus brazos. Las abejas entusiasmadas empezaron a construir el canal, pero su entusiasmo creció aun mas, cuando vieron que los demás animales del bosque también les ayudaban a construirlo, pues ellos también extrañaban lo miel que las abejas compartían con todos ellos.

Así, unidos, lograron llevar el agua hasta todos los jardines del bosque, para que las bellas flores regresaran y de esta manera, unidas tuvieron alimento por mucho tiempo.